Control de Miopía y Oftalmología Pediátrica
La miopía es un defecto refractivo que reduce la visión de lejos y cuando supera las 5 dioptrias, también altera la de cerca. Es el defecto refractivo más frecuente y, cuando alta o muy alta, puede ser invalidante. En los últimos años, muchos estudios intentan explicar cómo prevenirla y tratarla.
Pero antes de pasar a los datos, hay que explicar un poco más sobre miopía.
La imagen, nuestra visión, antes de llegar al cerebro hay que enfocarla sobre la retina. La retina está en el fondo del ojo y es un tejido lleno de receptores y neuronas que recogen información y la mandan a las áreas visuales del cerebro. Para que la imagen se enfoque correctamente debe existir un equilibrio entre la curva de la córnea, el tamaño del cristalino y sus superficies y la LONGITUD AXIAL DEL OJO. Este último dato es el más importante para el control de miopía. El globo ocular es como una bola alargada y su fondo tiene una curva redondeada. Esto impide que las imágenes se enfoquen de la misma forma en toda la superficie de la retina con la misma nitidez y, en algunas ocasiones, esto representa un estímulo para el crecimiento ocular.
Esto es un problema sobretodo si los esfuerzos visuales son sobretodo de cerca o con poca luz.
Nuestro campo visual tiene un punto de enfoque central y una periferia algo desenfocada. Cuando miramos al lejos, la periferia del campo visual es borrosa. En realidad vemos las imágenes con sus formas y sus colores pero sin distinguir los detalles. Este proceso, cuando se traslada a la visión de cerca (a menos de 50 cm), estimula el crecimiento ocular. Por esto se decía que con las oposiciones y las carreras aumentaba la miopía aunque este dato es algo incorrecto y lo veremos en otro apartado.
Entonces un niño que pasa mucho tiempo de cerca, con móviles o pantallas, además de tener más riesgos de ojo seco, tiene más riesgos de desarrollar miopía. Desgraciadamente cada vez más se ven niños y bebés de paseo en carritos con un móvil para distraerse. Mi opinión es que salir a la calle para estar con un móvil es como ir al cine a dormir.
Se ha demostrado que desenfocando anteriormente la imagen de la periferia del campo visual, se reduce el estimulo al crecimiento ocular.
Otro factor muy importante es la luz natural. Parece ser que puede frenar hasta en un 25% el aumentar de la miopía. Esto se confirmó hace un par de años con un estudio de prevalencia que vio cómo las niñas que generalmente pasaban más tiempo en casa o en sitios cerrados, sufrían más miopía de los niños que solían estar más tiempo al aire libre.
No podemos controlar los factores genéticos, pero cada día sabemos más sobre los ambientales que sí podemos controlar.
La asociación Visión y Vida ha presentado a principio del 2020 su informe “La pandemia de la
Se trata del primer estudio prospectivo en España que pretende identificar los factores que influyen en el desarrollo de la miopía entre los jóvenes.
El dato más importante es que la mitad de la población entre 18 y 34 años ya es miope y la tendencia es en aumento.
El tabaco, el tiempo excesivo delante de pantallas, no comer fruta y verdura o pasar poco tiempo al exterior son los factores asociados a la miopía que se pueden controlar. En particular, las horas de pantallas y las que se pasan al aire libre ya fueron señalados en el informe de hace dos años como factores importantes en edad pediátrica. Todo apunta que la miopía se previene y se controla desde muy pequeños.
En el 2016 se publicó en la revista Ophthalmology un metanálisis de muchos estudios sobre control de miopía en niños. En total, se analizaron más de 5400 ojos y los resultados son muy interesantes.
En particular se habla de las lentes de contacto y de ciertos fármacos y de su capacidad de reducir la progresión de la miopía. Hablaremos de la atropina y de las ORTO-K.
La capacidad de la atropina superdiluída al 0,01% llega a frenar casi un 70% el crecimiento del globo ocular y las lentes de ORTO QUERATOLOGÍA casi un 50%.
Una correcta graduación y un correcto uso de las gafas ayuda a controlar el aumentar de la miopía. Es lo más fácil y quizás el punto de partida de todos nuestros pequeños pacientes.
Dependiendo de diferentes factores y del cambio de refracción en el tiempo se pueden plantear otras alternativas.
Hace ya muchos años que se habla de ortoqueratología y de su capacidad de frenar la miopía. Se trata de unas lentes rígidas con una geometría especial y se usan para dormir. Durante la noche “moldean” la córnea cambiando su refracción y creando una zona periférica de desenfoque. Estas lentes permiten al miope de hasta 6 dioptrias (no siempre se puede tanto-la cantidad de miopía que se puede compensar depende de muchos factores) pasar el día siguiente completamente sin gafas. Estos pacientes no necesitan gafas ni lentillas durante el día siempre y cuando la noche anterior hayan usado las ORTO-K al menos 7-8 horas. Muchos adultos usan estas lentillas para no estar gafas al día siguiente y además no causan tanta sequedad ocular como las lentillas normales diarias. Si a estos beneficios añadimos que frena el aumentar de la miopía en un 50% aproximadamente, entendemos porque se están difundiendo cada vez más.
Hace años que se usan en niños incluyendo también los más pequeños siempre y cuando los padres puedan controlarlos y vigilarlos.
El principal problema de estas lentes son las infecciones y algunas son muy graves. Afortunadamente no son muy frecuentes, en algún estudio se habla de 1 cada 30.000.
Es necesario limpiarlas con los productos adecuados, evitar usarlas cuando hay irritación ocular y sobre todo hacer controles periódicos también con el oftalmólogo además de la óptica. Con una buena prevención, son una medida muy válida tanto para hacer una vida sin gafas como para frenar la miopía.
Además de las nocturnas, existen lentes de contactos de “día” para frenar el crecimiento excesivo del ojo. El efecto “desenfoque” sobre la retina es el mismo y se indican principalmente en aquellos que no toleran las lentillas nocturnas que resultan ser un poco más rígidas. Parece que su capacidad para frenar la miopía ronda el 50% al igual que las ORTO-K.
La Atropina es un fármaco muy antiguo, usado en situaciones de parada cardiaca y reanimación. En Oftalmología se usa en colirios para dilatar y provocar cicloplejia tanto en consultas como en quirófano en concentraciones de 0,5% y 1%. Prácticamente se usa a diario con la máxima seguridad y sin efectos adversos importantes. Varios estudios han demostrado que a concentraciones muy bajas (0,01%) puede frenar considerablemente la miopía casi sin efectos adversos. Muy pocas veces estos colirios dan enrojecimiento o picor intenso que se soluciona al suspenderlo. Generalmente la pauta incluye una gota por la noche antes de dormir y no se recomienda antes de los 8 años.
A más de uno se le habrá pasado por la cabeza la idea de que, después de todo, la miopía se soluciona con gafas, y no es tan mala. Nada más lejos de la realidad.
La alta miopía se asocia a mayor riesgo de catarata en jóvenes, a mayor riesgo de glaucoma, a mayor riesgo de roturas de la retina, desprendimiento de retina y maculopatías. Se trata de patologías importantes que suelen necesitar cirugía y pueden llevar a la ceguera permanente. Hablamos sobre todo de miopes con más de 10 dioptrias y que generalmente tienen componentes genéticos y familiares.
Como el 99,9% de las enfermedades, lo importante es prevenir.
Por esta razón aconsejamos:
No siempre es fácil conseguir que los niños se despeguen del móvil sobre todo si los adultos hacen lo mismo. Hay que empezar con el ejemplo y con paciencia y muchas pataletas, se puede conseguir.
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